volemos lejos

no puedo dedicarte una canción,
ni un abrazo,
ni siquiera el mundo entero,
ni el universo,
ni todas las cosas que pueda haber en él.

me parece que todo aquéllo se queda demasiado corto para ti,
me cuesta descifrar estas palabras,
y sólo te puedo dedicar todo mi yo en estas letras,
que no es mucho, pero tampoco nada,
que es esta amistad que florece en cada sílaba de mí.

no te regalo más que una porción de viento,
que pueda él guiarte en las noches
y que de día te acuerdes de que soñaste
con esa brisa, que es mi sentimiento,
ululando en tu cabello.

y todo lo que viviremos, el mañana,
se esfuma en una fantasmagórica alegoría,
y ahí estamos, dejando escapar por las sonrisas
todos los amaneceres que compartiremos alguna vez,
nuestros anhelos, y todos nuestros sueños,
nuestras vidas en una bocanada de eterna alegría.


es una manera rápida, mecánica tal vez, algo brusca y poco preparada y poco poética de agradecerte todo esto que haces por mí. mañana, ay, estefanía, mañana es el día que puede ser el comienzo del fin. rezaré, con el corazón en el puño, para no desfallecer. buenas noches desde acá, aunque allá falten aún unos cuantos relojes para que oscurezca del todo.